No obstante que se trata de un barrio residencial muy tranquilo, hacia el norte de Quilicura, fue significativo el número de personas que visitó la muestra y compartió con nosotros.
Hermosas
visitas, amigos de la familia y algunos vecinos del barrio.
Los comentarios
de la gente fueron similares y de gran estímulo.
¡Qué
hermosa iniciativa!
¡Qué
alegría encontrarnos en un barrio como este, con tanta belleza y tanto color!
¡Qué deseos
de que esta experiencia se llevara a otros lugares!
¡Qué
sorpresa que haya gente que se dedique a la pintura!
Sin duda
que nos visitó gente que nunca o muy pocas veces han visitado una sala de
exposiciones.
Eso ya es
algo muy gratificante.
Muchas
veces los sueños, pequeños o grandes, se hacen realidad.
De algún
modo, esta iniciativa, esta idea de montar una muestra pictórica se había
generado en las conversaciones que junto
a Ximena y Jozelyn, habíamos tenido en los talleres que realizamos cada día
sábado.
En aquella
intimidad, mientras pintábamos y charlábamos, apareció esta idea de exponer lo
que ya se tenía producido.
Lo demás, son los grados de osadía apropiados para que se cristalicen las ideas. Eso es
todo.
El arte y
la expresión son permanentes.
La
experiencia realizada en la Calle Lo
Bascuñan fue solamente por dos días.
Vendrán otras
instancias similares.
El camino
ya está trazado.
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